Soy de poco, de una minoría prioritaria y de escándalos pequeños. Tanto así, que un sueño olvidable con burla sutil me ha revelado, susurrante, que mi destino no es atroz. Vendrá el gris interminable y la muerte me atraerá de a poco, sí. Pero, mientras, será la omisión absoluta de todo interés, de cada estímulo, lo que ofuscará mi razón. En cuanto no me halle una sola gota de tristeza, la buscaré en el sometimiento, en la humillación, en el afán de asentir silenciosa y dejar pasar esas excusas y motivos que desgarran sin aviso.
Pero, mientras tal cosa no suceda, andaré penando entre escritos, dejando apuntes, notas, mas no cartas, ni despedidas.
Pero, mientras tal cosa no suceda, andaré penando entre escritos, dejando apuntes, notas, mas no cartas, ni despedidas.
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