Quiero escribir pero nadie me obliga,
Nada me ata, nada me hiere.
Te fuiste y secuestraste a mi musa,
¿Qué hiciste de mi ocaso?
Sólo el alba me entristece.
No soporto al ajeno y me aíslo,
No soporto las ausencias y me encierro.
Lloré frente al ébano y las flores,
Nunca dije amén, cubrí mi rostro nada más.
Atravesé por ambos las noches frías,
Por ambos me vi ante la desaprobación.
He sentido miedo,
He convulsionado mis angustias.
Esquivando las despedidas, se han ido.
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