No respira tu drama, le crecen zarcillos, se prende por lugares imposibles y se expande. No puedo decirte mucho más porque no quiero ser yo un sostén para esa lágrima infinita. No voy a rebajar tu dolor, no voy a pedir que respires ni que te calmes. No voy a decir que te quiero, tampoco voy a dar a entender que te odio. Una pena inabarcable comienza a rodear todo tu ser, no es verdad tu anuncio de mejoría, es otro grito de auxilio.
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