jueves, 24 de diciembre de 2020

Cae la flor

Cuando veas que oscurece en la ventana, no es hora de salir ni de llegar. 
Cuando veas que en la ventana hay una flor sin humedad, no es momento de huir. 
Amanece el desastre, se caen las hojas, el diluvio se estanca. El sol que niega tu recuerdo te da la espalda, no se sintetiza en tu sangre y tu sangre, marchita, dice basta. 
Bebo el humo y lo expulso, cuando se disipa se va la calma. 
Quiero el presente lejos, quiero caverna oscura sin reflejo, quiero sombras y eternidad, quiero que miremos para siempre la flor caer y la ventana en penumbra.


jueves, 19 de noviembre de 2020

Bel et bien

Veo ojeras y pienso "tanta tristeza junta". 
Quisiera apartarme del alma un ratito, dejar que sea en soledad un momento y que crezca lo que conmigo estorbando no crece. Almita mía, juegue con el diablo unos minutos, déjeme tranquila. 

Así puedo pensar sin la culpa de no poder cultivar un semblante feliz sin que se marchite al primer arrebato de sinceridad, no quiero ser feliz, quiero subsistir a la posibilidad constante de resecarme y decaer, quiero extinguirme sin culpa.

No consigo distinguir si es humedad o amanecer, si es rendirse o morir a secas, si es permanecer un rato o decidir quedarse. Sólo veo raíces que florecen y respiro el alivio, que se vaya el alma, el diablo, el ocaso. Que se vayan todos.

jueves, 22 de octubre de 2020

Fricción

Se sirve de la mente, su herramienta filosa, tenaz y efectiva. La labia omitida, su imaginación vuela y el tacto florece. Los tiempos cambian y si bien la sinceridad hoy es a priori, el silencio continúa porque ciertas cosas deben permanecer aún ocultas, morbo que encarece el tiempo de espera. La búsqueda es emitir el grito que intenta formularse, mientras tanto la saliva que humecta el sueño interrumpido se agolpa en las cavidades del tracto fonatorio, esperando que todo este calvario se asimile.


Languidez

No tienen forma estas palabras, ni expresión este lamento continuo que se adjunta como un corpus de mi mente. Cuando las cosas se terminen y mi pena deje de retorcer todo lo que habito, prometo la calma eterna. Pero hasta entonces seguiré tratando de pronunciar el nombre completo de la desgracia, si es que la desgracia no me convierte antes en un cuerpo roto, si es que el dolor no me anula por completo. 

domingo, 13 de septiembre de 2020

Norma VI, reencuentro.

Avenida o muerte, me dijo. Con un simple gesto me pidió que la siguiera. Yo, semblante débil y titubeante, crucé con ella esa peatonal interminable. Quiso agarrarme la mano y no se lo concedí, me pareció sucumbir demasiado pronto, pero si lo hubiera hecho no la habría perdido en el tumulto que ante mí no se inmutaba. Me quedé en silencio unos minutos, intentando recordar cómo es que no le puse fin a esta saga maliciosa, pero antes de que pudiera arrepentirme y escapar el tumulto se dispersó, lo último que recuerdo es a Norma tironeándome desde el antebrazo, vi un gesto que jamás le había conocido y pensé: las fauces, el castigo.
Epílogo
Tierra, infierno, infinito. Demostración de la verdad, Norma se ha desprendido de mi ser que la agobiaba, para volver una y otra vez y evidenciar la carencia que ambas padecemos. Mi rechazo es constante y mis armas son precarias, pero su argumento sigue siendo inválido, por ende la nulidad de sus palabras me otorgan una pequeña ventaja. Norma me suelta, deja heridas incurables, pero ha sabido romper mucho más en encuentros pasados. 
Salud, Norma.

martes, 1 de septiembre de 2020

ex pájaro

Desprendida del pájaro atroz, sólo la pluma se ha salvado y suspendida en el aire comienza a orbitarme en su lento descenso. Finalmente se deposita en mi palma, le pregunto qué ha sido de su hogar. La pluma inmóvil de colores cálidos parece responder: "ya no hay pájaro ni destino". 

Pandemia

La muerte, ese cuerpo roto que desvaría y me persigue.
¡La muerte! Organismo estropeado que no puede remendarse. 

sábado, 18 de julio de 2020

La caída

Vengo tras la miseria, que es mía cada noche. Que define mis límites y revela lo que hay detrás. En esta búsqueda torpe de una verdad inestable, me convierto en vigía de mi propia desgracia. Así me veo caer una y otra vez, así me veo aguardar pasivamente la caida final. En otros tiempos, las noches y el desconsuelo sabían inmutarme, hoy sólo me dedico a ordenar las diferentes realidades que se me imponen y que buscan mi derrota, con tal de retrasarla una y otra vez.

viernes, 8 de mayo de 2020

La espera

El tiempo no crea, no cura, destruye. El tiempo se parte y me lleva en cada fragmento a un estado de confusión diferente. El tiempo crea distancia que duele, me distorsiona en cada creencia que tengo de mí misma, me desarma completamente. Quedo así, terriblemente vulnerable entre el tumulto formado por pensadores, seres que existen en todos los planos de mi consciencia, seres inevitables como quizás sea yo también en alguna percepción ajena y perturbada. 

Mi problema soy yo y también el otro, el ajeno que piensa y que es inevitable. También es toda materia que se altere en silencio, lo que no se dice y sólo se explaya en el plano temporal y que me mata, como a todos, en pequeñas dosis.

Entrada destacada

3/3

Jaicus, tres. - - - Sin tu abrigo, improviso caminos, el frío persiste. - - - En las ojeras, se acumulan siglos, Oh, gesto fatal...